La sociedad de consumo de masas es producto del capitalismo industrial y de servicios que trata de hacer llegar sus productos a una parte de la población lo más amplia posible. A pesar de su apariencia, no es una sociedad sin clases, aunque hoy en día no se diferencian tanto por los artículos que consumen como por la estructura del consumo con respecto a su renta.
Las nuevas tecnologías permiten producir bienes cada vez más baratos y en mayor cantidad. La única manera de que esto sea rentable es vendiendo todo lo que se produce. Para ello ha sido necesario que se elevasen las rentas del trabajo por encima del límite de la supervivencia, para poder mantener activa la máquina del capitalismo. A esto se le une la agresión publicitaria, un elemento de propaganda del capitalismo que tiene como objeto que el proletariado y la pequeña burguesía se gaste toda la renta en consumir productos. Se consigue, así, producir consumidores. Los canales por los que se difunde la publicidad son los medios de comunicación de masas.
La pequeña burguesía, o la clase media, ha sido el sector de población que más ha influido para la difusión de los valores y los modos de vida y consumo de la sociedad actual. Ella ha sido la protagonista de la creación de la sociedad de consumo de masas. Esta sociedad hace un extraño paralelismo, e identifica la noción de libertad con la posibilidad de consumir. La Libertad es la libertad de comprar lo que se quiera y cuando se quiera. Cuanto más posibilidades haya de consumo más libre se es.
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